DEL 23 AL 28 DE JULIO

El año 2020 está siendo movidito por la maldita pandemia del coronavirus, así que aprovechando que estábamos en el pueblo, en Jimenez de Jamuz (León), decidimos hacer una escapadita a Vigo y sus alrededores.

Después de pasar la ITV a la excenic, cogimos el Kotxe y en 2h y media estábamos en Vigo, la ciudad más grande de Galiza.

Mi Ama había reservado en el hotel Pantom, en la calle Lepanto n18, muy cerca de la estación de tren de Urzaiz. El hotel no tiene nada especial pero hemos estado muy a gusto en él.

A las 13:15 llegamos a Vigo, buscamos aparcamiento, nos asentamos en el hotel y fuimos a buscar un sitio para comer.

La zona del hotel está plagada de restaurantes, en la céntrica Rua de Urzaiz y la paralela, María Berdiales. Al final entramos en el Snack café Squimo, en la calle María Berdiales 22.

Los menús suelen costar 10-12 euros y constan de un entrante, un plato principal, un postre y una pequeña consumición, nada de ponerte la botella de vino, la de gaseosa y la de agua grande.

Algunos cogieron de entrante una tosta de pan tumaca, otros ensalada y de platos principales, Saioa y mi hermana las costillas con salsa barbakoa y los demás dorada. De postre tarta y fruta.

Fuimos al hotel a descansar un rato y por la tarde noche dimos una vuelta por el centro de la ciudad. Como toda ciudad a la orilla del mar, destaca por su concurrido paseo marítimo, plagado de bares y pubs.

Estuvimos también por el Casco viejo, que culmina con la Concatedral o Colegiata de Sta. María. Construida a principios del S.XIX, vino a reemplazar una construcción anterior dañada por un polvorín en el año 1809. Fue diseñada por Melchor del Prado y es de estilo Neoclásico con torres Barrocas.

Llegamos hasta el final del paseo marítimo, donde hay un centro comercial y un casino, picamos algo en un restaurante cercano al hotel y a dormir, que estaba la gente cansada.

Mis hermanos no son de mucho madrugar cuando no van a clase, así que después de desayunar un zumito y un pintxo de tortilla en un bar junto al hotel, cogimos el kotxe y sobre las 12 estábamos en Pontevedra.

El casco antiguo de Pontevedra me pareció precioso. Partiendo de la concurrida Praza da leña, visitamos la coqueta Igresia de San Bartolomé y la curiosa Igrexia da Virxe da Peregrina.

Comimos genialmente y fuimos a la bodega de Mar de Frades, uno de mis albariños favoritos.

Desde 1987 en el Valle de Salnes vienen elaborando un vino exquisito y de calidad.

Estuvimos viendo la fábrica, nos sacaron a ver los viñedos de la finca Valiñas, vimos los hagares donde depositan la uva para empezar a procesarla y después nos subieron a una terraza espectacular con el mar al fondo, donde disfrutamos de una maravillosa cata de vino acompañada de unos canapés.

Nos fuimos acercando al faro Home, donde íbamos a ver el atardecer y nos dimos un baño en la Praia de Barra.

Subimos el acantilado donde se situa el Faro Home y antes del atardecer cenamos en un txiringuito cercano.... calamares... pulpo..... espectacular....

Y después de cenar, nos acercamos al acantilado y disfrutamos e un atardecer espectacular.... el cielo estaba lleno de tonos naranjas y rojizos.

Después cogimos el kotxe, volvimos a Vigo y algunos se fueron a descansar..... Yo me fuí con mi hermano a tomar unos gintonics.... que estabamos de vacaciones¡¡

A la mañana siguiente, nos despertamos, desayunamos, cogimos el coche y pusimos rumbo a Portugal. Más concretamente a la ciudad fronteriza de Valença do Minho.

Como todas las ciudades fronterizas cuenta con una gran historia.

Sancho I de Portugal, mandó repoblar esa zona frente a Tui tras la ruptura de su hija con el heredero del reino de León, Alfonso IX.

A principios del S. XIX es tomada por tropas napoleónicas, después en 1829 volvió a caer de manos de tropas liberales.

Aparcamos el coche, buscamos un restaurante y después de comer nos dirigimos a la fortaleza. Es simplemente impresionante. Con sus 5 kms. Es la más grande del alto Minho.

Destacan los baluartes y los fosos. Los baluartes son un reducto que se proyecta hacia afuera de la fortificación, de tal modo que quienes defendían la ciudad contaban con mejor visión ante el enemigo que estaba atacando la ciudad.

Una vez acabamos la visita, cruzamos el puente, muy chulo por cierto... ya que por el pasan a la vez trenes y coches y fuimos a nuestro siguiente destino. Tui. Aunque desde 2012 Tui y Valença forman una eurociudad.

La gente estaba cansada y yo me fui solo a turistear... a recorrer sus calles, que junto con el contacto con las gentes es lo que más me gusta de viajar.

El casco viejo de Tui es sencillamente precioso, lleno de recovecos. Lo que más destaca es la concatedral de Santa María.

Es un claro ejemplo de construcción románica y gótica. Empezó a construirse en el año 1120 y finalizada en 1180. Las posteriores restauraciones fueron en estilo gótico. Fue declarada de bien cultural en el año 1931.

Una cosa muy curiosa es la presencia de una estatua de un templario en la fachada, así como las de Moises, San Juan Bautista, San Pedro...

Y por ultimo, la Capela da Misericordia. Construida en el S, XVI aunque su aspecto final data de 1917 cuando se sometió a la ultima reconstruccion.

Les llamé a ver por donde andaba el resto de la expedición, tomamos algo y volvimos a Vigo. Cenamos y Yedi y yo nos fuimos a tomar algo. Era época de pandemia así que a la entrada de todos los pubs y discotecas pedían que hiciésemos una llamada perdida a un número. Nos embotijamos un rato y nos fuimos a dormir.

Nos despertamos, desayunamos y bajamos dando un paseo hasta el puerto. Allí había una cola de escándalo para coger los ferris hasta las Illas Cies.

Nos decantamos por la naviera Mar de Ons. Los billetes nos costaron 18,5 euros para los adultos y la enana gratis.

A las 11 con bastante puntualidad salió el barco y sobre las 11,50 llegó al Caribe Gallego... si si.... es una parte del Caribe al final de la ría de Vigo. Para mi hermano y para mi se nos hicieron como 5 horas el viaje por la sesión de kubateo de la noche anterior... pero el que no sirva para gallo, que le capen.

Cogimos una ruta, todo balizada y empezamos recorrer la isla. Son muy abruptas, muy frondosas... las vistas al Cabo home, al Atlantico y a la ria de Vigo son espectaculares. Picoteamos un poco y nos fuimos a una de las playas donde nos dimos tremendo bañito. Tomamos algo en una terraza cercana a la playa y poco a poco nos fuimos acercando al barco, ya que a las 19 horas tenía la salida.

Hay que destacar que desde 1980 son parque natural y recientemente se han iniciado los trámites para que se declaren Patrimonio de la humanidad no material. Y que la playa de Rodas fue en 2007 declarada mejor playa del mundo por el periódico británico The Guardian.

Desde las islas hay conexiones con Vigo, Xanxenxo y algún pueblo cercano más pero es muy importante a ultima hora no confundirse de barco porque salen a ultima hora de la tarde... aunque son insistentes en avisar.

A las 19 salió el barco hasta Vigo. Subimos a la zona del hotel, picoteamos algo en un bar de tapas cercano al hotel y nos fuimos a dormir porque estábamos deslomados.

Hoy ha sido un día de Chapeau. Nos despertamos, desayunamos y dimos un paseo... otros se fueron de shopping y al medio día nos hemos juntado para ir a comer.

Como no podía ser de otra forma, estando en Galiza un día tenía que tocar marisco. Muy cerca del hotel en la calle República Argentina está el restaurante Rias Baixas 2. No tengo palabras... comimos genial, a precios muy razonables, el trato excepcional y no puedo otra cosa que si alguna vez vais a Vigo no desaprovechéis la oportunidad.

Comimos una mariscada y unas raciones. Croquetas para la enana, patatas... bien bañado con alvariño otros con agua. Espectacular¡¡

Después de comer nos hicimos unas fotos en un precioso patio interior que tienen, fuimos a buscar el kotxe y nos fuimos para Bayona.

La localidad de Baiona, es sinceramente preciosa. Bañada por el oceano Atlántico y dominada con el espectacular Castillo de Monterreal tiene un aroma único.

Dentro de las curiosidades que casi todas las localidades tiene, destacar una. El 1 de marzo de 1493 Martín Alonso Pinzón llegó después de su viaje a América por lo que fue la primera localidad de Europa en la que se supo este hecho. Otros dos navegantes de Baiona se convirtieron en ser de los primeros que consiguieron la circunvalación de la Tierra al ir en la expedición de Elcano y Magallanes.

Aparcamos el kotxe, dimos una vuelta y nos dirigimos al Castillo de Monterreal, que desde 1966 es un espectacular parador nacional. La entrada tiene el módico precio de 1 euro.

Las primitivas construcciones datan del S.II A.C. Aunque la imagen actual del Castillo viene de las obras mandadas realizar por Alfonso IX y Felipe IV en los siglos XII y XIII.

Dentro de lo que es ya la construcción destaca la Torre del Principe, la Puerta Real, del S. XVI, la Torre de la Tenaza y la Puerta de Felipe IV.

El actual recinto tiene un tamaño de unas 18 hectareas, combinando elementos de su antigua actividad militar y la moderna de Parador nacional.

El edificio principal tiene forma de L y de traza pacega como no podía ser de otra forma estando en Galiza.

Cuando pensábamos que el plan no podía mejorar, volvimos a Vigo, fuimos a cenar. Después de la cena Andrés y Saioa volvieron al hotel y la Ama, Ainara y Yedi nos fuimos al Casino de la Toja, en el puerto de Vigo, ya que mi hermana no hacía mucho que había cumplido los 18 y no había estado nunca.

Cambiamos 15 euros en 3 fichas de 5 euros.... fuimos a la ruleta, y el plan fue el siguiente, 5 euros al 18 de los años que tenía mi hermana, 5 euros al rojo y 5 euros al 0.... total... que cayó en el 0 Y NOS LLEVAMOS 188 EUROS¡¡¡¡¡¡

Teníamos un buen subidón y nos fuimos al puerto a tomar unos gintonics para celebrarlo y de allí para el hotel.

Como todo en la vida, tiene su inicio y su final, llegó el dia de poner fin a esta preciosa escapada. Nos despertamos, desayunamos, hicimos alguna comprilla y cogimos los kotxes para emprender el viaje de vuelta.

En hora y media estábamos en la preciosa localidad zamorana de Sanabria. El contexto es idílico en consonancia con el cercano lago que lleva su nombre, posee un patrimonio impresionante, donde cabe destacar el Santuario de San Martin de Castañeda o el Monasterio de la virgen la la Alcobilla.

Dimos un paseo, comimos, y nos fuimos a dar un baño y después de pegarnos un bañito, cogimos el kotxe y emprendimos la vuelta al pueblo.

Galiza nunca falla. Son muchas veces las que he estado y posee todo lo que te puede hacer disfrutar. Playas impresionantes, paisajes melancólicos, gente maravillosa, se come excepcionalmente, hay muy buen ambiente... la pregunta que me hago cuando salgo de esta maravillosa nunca es si voy a volver.... es cuando voy a volver.... HASTA PRONTO GALIZA¡¡¡